¿Alguna vez has sentido que tienes cientos, si no miles, de fotos y vídeos en tu móvil que nunca ven la luz? Esos momentos especiales, paisajes increíbles o simplemente selfies divertidos que se quedan perdidos en una galería infinita. Bueno, parece que Meta, la empresa matriz de Facebook, ha escuchado nuestras plegarias (o quizás solo ha visto una oportunidad de oro) y ha lanzado una nueva y controvertida función de inteligencia artificial en Estados Unidos y Canadá que promete desempolvar esos recuerdos.
La idea es simple pero potente: una vez que activas esta opción, la inteligencia artificial de Facebook se sumerge en el carrete de tu cámara para sugerirte ediciones, crear collages temáticos y montajes divertidos. Imagina que, después de un viaje, Facebook te presenta automáticamente un resumen en vídeo con los mejores momentos o un collage para celebrar un cumpleaños sin que tengas que mover un dedo. Suena genial, ¿verdad? El objetivo, según la compañía, es "simplificar la compartición de contenidos únicos en Facebook y Messenger".
¿Cómo funciona esta magia digital?
Para que la magia ocurra, la función necesita tu permiso explícito. Es un sistema opt-in, lo que significa que no se activará sin tu consentimiento. Una vez que das luz verde, la aplicación sube las imágenes y vídeos seleccionados a la nube de Meta para que sus algoritmos hagan lo suyo. Analizan elementos visuales, rostros, metadatos como la fecha y la ubicación para generar estas propuestas creativas.
Estas sugerencias aparecerán de forma privada en tus Stories o en tu Feed, y solo tú podrás verlas. A partir de ahí, la decisión es tuya: puedes compartirlas, guardarlas o simplemente ignorarlas. Meta insiste en que tienes el control total y puedes desactivar la función en cualquier momento desde la configuración del carrete de la cámara en Facebook.
El gran debate: creatividad vs. privacidad
Aquí es donde la cosa se pone interesante y un poco peliaguda. La gran pregunta que muchos se hacen es: ¿qué pasa con mi privacidad? Meta ha asegurado que el contenido de tu carrete no se usará para mejorar o entrenar sus modelos de inteligencia artificial... a menos que decidas usar sus herramientas para editar o compartir las creaciones sugeridas. Este "a menos que" es un matiz importante. Si interactúas con la función, tus fotos y vídeos sí podrían convertirse en material de entrenamiento para la IA de la compañía.
Tampoco utilizarán estas imágenes para personalizar los anuncios que ves. Sin embargo, el simple hecho de que nuestras fotos, incluso las que nunca hemos querido hacer públicas, se suban a los servidores de una empresa como Meta, genera recelo. Recordemos que no hace mucho, se supo que la compañía había entrenado sus modelos de IA con fotos y textos públicos compartidos en Facebook e Instagram desde 2007.
¿Qué puedes hacer para tener el control?
Si la idea de que una IA revise tus fotos personales no te hace mucha gracia, tienes varias opciones:
- No activar la función: La forma más sencilla de mantener tu carrete privado es simplemente no dar el permiso cuando la aplicación te lo pida.
- Revisar la configuración: Puedes ir a Configuración y Privacidad > Configuración > Preferencias > Sugerencias para compartir el rollo de cámara y asegurarte de que la opción está desactivada.
- Limitar el acceso a tus fotos: Una medida extra de seguridad es revocar el permiso de acceso completo de la aplicación de Facebook a tu galería de fotos desde los ajustes de tu propio teléfono.
Mi opinión sobre el tema
Como periodista y usuario de redes sociales, me encuentro en una encrucijada. Por un lado, la promesa de redescubrir momentos olvidados y crear contenido atractivo sin esfuerzo es muy tentadora. Puede ser una herramienta fantástica para quienes no tienen tiempo o habilidades de edición. Por otro lado, la línea entre la asistencia útil y la vigilancia de datos es cada vez más delgada. Ceder el acceso a todo nuestro carrete fotográfico, ese archivo íntimo de nuestras vidas, es un paso muy grande. La clave, como siempre, está en la transparencia y el control. Meta debe ser extremadamente clara sobre qué datos usa y para qué. Mientras tanto, como usuarios, nos toca estar informados y tomar decisiones conscientes sobre cuánta de nuestra vida privada estamos dispuestos a compartir, incluso con una "inteligencia artificial amiga". La comodidad tiene un precio, y a veces, ese precio es nuestra privacidad.
