ChatGPT se enfrenta a Platón: ¿Puede una IA "pensar" como un estudiante de hace 2.400 años?

Un fascinante experimento de la Universidad de Cambridge pone a prueba a ChatGPT-4 con un antiguo problema matemático del diálogo 'Menón' de Platón. Los resultados son sorprendentes: en lugar de recitar la solución conocida, la IA improvisó, cometió errores "humanos" y mostró un comportamiento similar al de un estudiante. ¿Estamos ante una nueva forma de "razonamiento" artificial?
La noticia

Cuando la Inteligencia Artificial se encuentra con la Filosofía Antigua

¿Qué pasa cuando pones a una de las inteligencias artificiales más avanzadas del mundo a resolver un problema matemático de hace 2.400 años? Pues, para sorpresa de todos, no actúa como una máquina perfecta, sino más bien como un estudiante un poco confundido pero ingenioso. Esto es exactamente lo que descubrió un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge en un experimento que está dando mucho que hablar. El estudio, publicado en el International Journal of Mathematical Education in Science and Technology, enfrentó a ChatGPT-4 con el famoso problema del "raddoppio del quadrato" (la duplicación del cuadrado), descrito por Platón en su diálogo 'Menón'.

La idea de los investigadores era simple pero brillante: querían saber si ChatGPT resolvería el enigma tirando de la vasta información con la que fue entrenado o si, por el contrario, sería capaz de "pensar" y adaptar una solución nueva, como lo haría una persona. Y vaya si se llevaron una sorpresa.

El desafío de Sócrates a un joven esclavo (y a una IA)

Para entender el experimento, hay que viajar en el tiempo. En el diálogo 'Menón', Platón nos cuenta cómo su maestro, Sócrates, se acerca a un joven esclavo sin educación formal para demostrar una de sus ideas más potentes: que el conocimiento es innato y que aprender es, en realidad, un acto de "recordar" (lo que él llamaba anamnesis).

El desafío que le plantea es aparentemente sencillo: si tienes un cuadrado, ¿cómo dibujas otro que tenga exactamente el doble de área? El joven, de forma intuitiva, cae en la trampa más obvia y propone duplicar la longitud de los lados. Pero Sócrates, con su famoso método de preguntas y respuestas, lo guía pacientemente hasta la solución correcta: el lado del nuevo cuadrado debe ser igual a la diagonal del cuadrado original. Este es considerado por muchos como el primer experimento documentado en la historia de la didáctica de las matemáticas.

ChatGPT: El alumno inesperado

Los investigadores de Cambridge, liderados por el Dr. Nadav Marco y el profesor Andreas Stylianides, replicaron este escenario con ChatGPT-4. Primero, imitaron las preguntas de Sócrates. Luego, para ponerlo más a prueba, introdujeron errores a propósito y nuevas variantes del problema. Todo el mundo esperaba que el chatbot, con su conocimiento enciclopédico, reconociera inmediatamente el famoso problema y soltara la solución geométrica de Platón. Pero no fue así.

En un giro totalmente inesperado, ChatGPT ignoró la geometría clásica y se lanzó a resolver el problema usando álgebra, un método que ni siquiera existía en la antigua Grecia. Y no solo eso, ¡sino que también cometió errores! Se resistió a los intentos de los investigadores de llevarlo al error del joven esclavo y se aferró a su método algebraico incluso cuando le señalaron que su respuesta era solo una aproximación.

Solo cuando los científicos expresaron su "decepción" por no obtener una respuesta "elegante y exacta", el chatbot finalmente cambió de estrategia y propuso la solución geométrica correcta. Este comportamiento, según los propios investigadores, fue sorprendentemente "similar al de un aprendiz".

¿Qué significa todo esto para la educación?

Nadav Marco, uno de los autores del estudio, lo explica de una forma muy clara: "Cuando nos enfrentamos a un problema nuevo, nuestro instinto es probar soluciones basadas en experiencias pasadas. En nuestro experimento, ChatGPT pareció comportarse de forma similar". En lugar de ser una simple máquina que recupera datos, la IA pareció formular sus propias hipótesis y soluciones sobre la marcha.

Esto tiene implicaciones enormes para el mundo de la educación. El matemático Andreas Stylianides advierte que los estudiantes no pueden dar por sentado que las demostraciones de ChatGPT son siempre válidas y los anima a usar estas herramientas con un espíritu crítico. La interacción con la IA puede convertirse en una oportunidad para aprender a razonar y evaluar pruebas, en lugar de ser un simple atajo para obtener respuestas.

De hecho, los investigadores notaron que cuando se le plantearon variantes del problema, como duplicar un rectángulo o un triángulo, ChatGPT volvió a optar por el álgebra e incluso afirmó incorrectamente que para el rectángulo no existía una solución geométrica, un error que probablemente fue una "improvisación" basada en la conversación previa.

Conclusión: Una herramienta poderosa, pero no infalible

En mi opinión, este experimento es una cura de humildad tanto para los que ven la IA como una amenaza apocalíptica como para los que la consideran una fuente de verdad absoluta. Lo que nos muestra es que herramientas como ChatGPT son increíblemente potentes, pero no "piensan" en el sentido humano. Su comportamiento "similar al de un aprendiz" es el resultado de complejos algoritmos predictivos, no de una conciencia o un entendimiento real. El estudio de Cambridge nos recuerda que la verdadera inteligencia, la capacidad de razonar críticamente, de dudar y de buscar la elegancia en una solución, sigue siendo, por ahora, un territorio profundamente humano. La IA puede ser un compañero de aprendizaje fascinante y un asistente formidable, pero el rol del maestro, y el del estudiante crítico, es más importante que nunca.