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eBay ¡Vaya, vaya con las noticias que nos llegan desde Cupertino! Parece que el flamante iPhone Air, esa joya de diseño ultradelgado que nos dejó a todos con la boca abierta el mes pasado, no está teniendo el despegue que Apple esperaba. Apenas unas semanas después de su lanzamiento, un informe del respetado medio Nikkei Asia ha soltado la bomba: Apple habría metido un buen tijeretazo a su producción.
¿La razón? Todas las miradas (y los recursos de fabricación) se están desviando hacia sus hermanos mayores, los iPhone 17 y 17 Pro. Estos modelos, más tradicionales en su formato pero potentes en su interior, están volando de las estanterías a un ritmo vertiginoso, superando incluso las previsiones más optimistas.
Crónica de un éxito anunciado (para el iPhone 17)
Para entender este volantazo de Apple, hay que mirar las cifras. La firma de análisis Counterpoint Research ha puesto los números sobre la mesa: la serie iPhone 17 vendió un 14% más que la generación anterior (los iPhone 16) en sus primeros diez días en Estados Unidos y China. Un dato brutal que demuestra el hambre que había en el mercado por una renovación sólida.
Lo más curioso es que el gran triunfador está siendo el modelo base, el iPhone 17. En China, sus ventas casi se han duplicado en comparación con el iPhone 16. Según los analistas, la clave ha sido una estrategia muy inteligente de Apple: ofrecer un mejor chip, una pantalla mejorada, más almacenamiento de base y una cámara selfie superior, todo manteniendo el mismo precio del año pasado. En resumen, una relación calidad-precio que los consumidores han sabido apreciar y recompensar.
Mientras tanto, en Estados Unidos, la película es ligeramente distinta. Allí, los reyes son los modelos Pro, especialmente el iPhone 17 Pro Max. La demanda es tan alta que los tiempos de espera para conseguir uno se alargan durante semanas, un claro indicador de que el público más exigente ha conectado con la propuesta de Apple.
¿Qué ha pasado con el iPhone Air?
Y en medio de esta fiesta de ventas, el iPhone Air parece el invitado incómodo. Presentado como el iPhone más fino y ligero de la historia, una proeza de la ingeniería con acabados en titanio y un grosor de apenas 5,6 milímetros, su propuesta no ha calado en el mercado global como se esperaba. Las fuentes de Nikkei Asia son bastante claras: la producción se ha reducido a niveles de "fin de ciclo", una decisión drástica para un producto que acaba de nacer.
Las posibles razones de esta fría acogida son varias:
- Precio: Con un coste que lo sitúa cerca del iPhone 17 Pro, muchos usuarios parecen preferir invertir un poco más para obtener mejores prestaciones, sobre todo en cámara y batería.
- Sacrificios: Para lograr esa delgadez extrema, Apple ha tenido que hacer concesiones, por ejemplo, en la autonomía, un factor crucial para la mayoría de los compradores.
- Un nicho de mercado: Aunque en China tuvo una acogida inicial decente, en el resto del mundo parece que el "factor delgadez" no es suficiente para justificar la compra frente a los modelos estándar y Pro, que son más completos.
De hecho, la diferencia en la demanda es palpable para cualquiera que intente comprar un nuevo iPhone. Mientras que para un iPhone 17 o 17 Pro hay listas de espera, el iPhone Air está disponible para entrega inmediata en la mayoría de tiendas. Una señal inequívoca de que la oferta está superando, y de lejos, a la demanda.
¿Un experimento para el futuro iPhone plegable?
No todo son malas noticias para el concepto del iPhone Air. Varios analistas del sector especulan con que este modelo podría haber sido una especie de "banco de pruebas" para Apple. Una forma de experimentar con los límites de la miniaturización, la resistencia de materiales ultraligeros y la gestión del calor en chasis extremadamente finos.
Todo este aprendizaje podría ser fundamental para el desarrollo de un futuro y muy rumoreado iPhone plegable. Visto así, el iPhone Air no sería tanto un fracaso como un paso necesario y calculado en la hoja de ruta de Apple hacia la próxima gran revolución en el diseño de smartphones.
Desde mi punto de vista, la decisión de Apple, si se confirma, es un ejercicio de pragmatismo puro. Han lanzado una apuesta arriesgada con el Air y, al ver que el mercado no respondía con el entusiasmo esperado, han redirigido rápidamente sus esfuerzos hacia donde está el verdadero negocio: la gama iPhone 17. Es una lección sobre la importancia de escuchar al consumidor. Aunque el diseño del Air es espectacular, la mayoría de la gente sigue priorizando la potencia, la cámara y, sobre todo, una batería que aguante todo el día. Quizás el mundo todavía no estaba preparado para un móvil tan "Air", o quizás es que los modelos estándar y Pro son, sencillamente, demasiado buenos este año.
