Un primer vistazo al diseño y la pantalla
Al sacar el Samsung Galaxy A16 de la caja, lo primero que notamos es su diseño familiar, en línea con los últimos lanzamientos de la serie A de Samsung. Aunque la parte trasera y los marcos son de plástico, el acabado es elegante y la construcción se siente sólida en la mano. Este año, Samsung ha añadido una certificación IP54 de resistencia a salpicaduras y polvo, un detalle que se agradece en este segmento y que ofrece una mayor tranquilidad en el uso diario.
La protagonista, sin duda, es su gran pantalla. Hablamos de un panel Super AMOLED de 6.7 pulgadas con resolución Full HD+. La calidad de imagen es notable para su categoría: los colores son vivos, los negros profundos y la nitidez es más que suficiente. Además, cuenta con una tasa de refresco de 90Hz que, si bien no es la más alta del mercado, sí que aporta una sensación de mayor fluidez al navegar por menús y redes sociales en comparación con las pantallas tradicionales de 60Hz. El brillo máximo, aunque correcto para interiores, puede quedarse algo justo bajo la luz directa del sol. Los marcos, aunque se han reducido ligeramente respecto a su predecesor, siguen siendo notorios, especialmente el inferior, y mantiene el ya clásico notch en forma de gota para la cámara frontal.
Rendimiento en el día a día: luces y sombras
El rendimiento es, quizás, el punto más controvertido de este terminal. Dependiendo de la región, el Galaxy A16 viene equipado con diferentes procesadores, como el Exynos 1330 o el MediaTek Dimensity 6300. En nuestra unidad de prueba, con 4GB de RAM, el desempeño para tareas básicas como navegar por internet, usar redes sociales, ver vídeos y gestionar correos electrónicos es adecuado. Sin embargo, no es un teléfono pensado para usuarios exigentes. Se aprecian ciertos tirones y ralentizaciones ocasionales al cambiar entre aplicaciones o al abrir apps más pesadas. Los usuarios han reportado que el teléfono puede sentirse lento, especialmente con el paso del tiempo y las actualizaciones.
No esperes una experiencia de gaming de alto nivel. Podrás disfrutar de juegos casuales sin problemas, pero los títulos más exigentes gráficamente sufrirán para correr de manera fluida, incluso en configuraciones bajas. Si el juego es una prioridad para ti, probablemente deberías mirar otras opciones. La versión de 128GB de almacenamiento es un punto a favor, y además es ampliable mediante tarjeta microSD, algo que muchos usuarios valorarán positivamente.
En cuanto al software, viene con One UI basado en Android, ofreciendo una experiencia de usuario muy completa y personalizable. Una de las grandes promesas de Samsung con este modelo es su política de actualizaciones, asegurando hasta seis años de soporte, algo totalmente inusual en la gama de entrada y un punto muy fuerte a su favor si planeas conservar el móvil durante mucho tiempo.
Análisis de las cámaras: versatilidad con condiciones
El Samsung Galaxy A16 monta un sistema de triple cámara trasera, aunque en la práctica, solo una de ellas es la que realmente brilla. El sensor principal de 50 megapíxeles es el gran protagonista. Con buena luz, las fotografías que captura son sorprendentemente buenas para su gama: buen nivel de detalle, colores naturales y un rango dinámico correcto. La cosa cambia cuando cae la noche. En condiciones de poca luz, el rendimiento decae, aunque el modo noche ayuda a mejorar la nitidez y el rango dinámico de las tomas.
Los otros dos sensores son más bien testimoniales. El ultra gran angular de 5 megapíxeles cumple su función de ofrecer una perspectiva más amplia, pero la calidad de imagen es notablemente inferior, con menos detalle y bordes más blandos. Por último, el sensor macro de 2 megapíxeles requiere de mucha paciencia y buena luz para obtener resultados apenas decentes. En la parte frontal, la cámara selfie de 13 megapíxeles ofrece resultados sólidos para videollamadas y autorretratos en condiciones favorables.
En el apartado de vídeo, la grabación está limitada a una resolución de 1080p a 30 fotogramas por segundo en todas sus cámaras. La calidad es aceptable para un uso ocasional, y la estabilización electrónica hace un buen trabajo para reducir los temblores.
Batería y otros detalles importantes
La autonomía es uno de los puntos fuertes del Galaxy A16. Con una batería de 5.000 mAh, es fácil llegar al final del día con una sola carga, incluso con un uso moderado a intenso. Soporta carga rápida de 25W, aunque es importante destacar que el cargador no viene incluido en la caja, por lo que tendrás que adquirirlo por separado.
En cuanto a la conectividad, cuenta con todo lo esperable: 4G/5G (dependiendo de la versión), WiFi, Bluetooth 5.3 y NFC para pagos móviles. Un detalle a tener en cuenta es que, a diferencia de su predecesor, este modelo ha prescindido del conector para auriculares de 3.5mm, una decisión que puede no gustar a todos los usuarios. El lector de huellas dactilares se encuentra en el lateral, integrado en el botón de encendido, y su funcionamiento es rápido y fiable.
Conclusión: Nuestro veredicto final
El Samsung Galaxy A16 128GB Blue Night es un smartphone de gama de entrada muy equilibrado. Sus puntos más fuertes son, sin duda, su excelente pantalla Super AMOLED de 90Hz, una autonomía de batería muy sólida y la increíble promesa de seis años de actualizaciones de software. La cámara principal también ofrece buenos resultados cuando la luz acompaña. Sin embargo, su rendimiento puede resultar justo para usuarios que vayan más allá de las tareas básicas o que quieran jugar a títulos exigentes. La eliminación del jack de auriculares y la calidad mejorable de las cámaras secundarias son otros puntos a considerar. En definitiva, si buscas un móvil asequible para el día a día, con una gran pantalla para consumir contenido multimedia y la garantía de estar actualizado durante años, el Galaxy A16 es una opción muy recomendable. Si, por el contrario, priorizas la potencia bruta y el rendimiento en juegos, quizás debas explorar otras alternativas.

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