Un diseño más compacto y ligero que se agradece
Lo primero que salta a la vista al comparar la PS5 Slim con su predecesora es, sin duda, la notable reducción de tamaño y peso. Sony ha logrado disminuir el volumen de la consola en aproximadamente un 30% y su peso hasta en un 24%, dependiendo de si escogemos la versión con lector de discos o la puramente digital. Este cambio es una gran noticia para quienes tienen un espacio limitado en su centro de entretenimiento. Ya no se siente como un dispositivo tan voluminoso y se integra mucho mejor en cualquier configuración. Las dimensiones se reducen principalmente en profundidad y altura, lo que facilita su colocación tanto en vertical como en horizontal.
Estéticamente, la PS5 Slim presenta un nuevo diseño en sus cubiertas, que ahora están divididas en cuatro paneles. Los dos superiores tienen un acabado brillante, mientras que los inferiores mantienen el mate del modelo original. Esta es una decisión puramente cosmética y la percepción de si es una mejora o no dependerá del gusto de cada uno. Lo que sí es un cambio funcional importante es que la versión digital ahora permite añadir un lector de discos Blu-ray Ultra HD de forma externa, el cual se vende por separado. Esta modularidad es un gran acierto, ya que ofrece una flexibilidad que el modelo original no tenía.
Rendimiento intacto: la misma potencia en un cuerpo más pequeño
Si te preguntas si la reducción de tamaño ha supuesto un sacrificio en potencia, la respuesta es un rotundo no. La Sony PlayStation 5 Slim alberga en su interior el mismo hardware que la convirtió en un éxito de ventas. Mantiene el potente procesador AMD Ryzen Zen 2 de 8 núcleos y la GPU personalizada basada en la arquitectura RDNA 2 de AMD, que ofrece 10.28 TFLOPS de potencia. Esto se traduce en que la experiencia de juego es idéntica a la del modelo original: tiempos de carga ultrarrápidos gracias a su SSD de alta velocidad, gráficos espectaculares con soporte para Ray Tracing, y la posibilidad de jugar a resoluciones 4K con tasas de hasta 120 fotogramas por segundo.
Hemos puesto a prueba la consola con títulos exigentes y el rendimiento es impecable. Los juegos se ven y se sienten exactamente igual de bien que en la PS5 estándar. La experiencia inmersiva se mantiene gracias al audio 3D Tempest y a las funciones hápticas y gatillos adaptativos del mando DualSense, que sigue siendo uno de los puntos más fuertes de la plataforma.
Más almacenamiento, una mejora muy necesaria
Una de las mejoras más significativas y demandadas por la comunidad ha sido el aumento del almacenamiento interno. La PS5 Slim viene equipada con un SSD de 1 TB, superando los 825 GB del modelo original. Aunque parte de ese espacio sigue estando ocupado por el sistema operativo, el espacio útil para juegos y aplicaciones aumenta considerablemente, pasando de unos 667 GB a aproximadamente 848 GB. Este extra de almacenamiento se agradece enormemente, sobre todo teniendo en cuenta el creciente tamaño de los juegos de nueva generación. Ahora podrás tener instalada una biblioteca de juegos más amplia sin tener que preocuparte constantemente por liberar espacio.
Uso diario: ¿qué hay del ruido y la temperatura?
Un aspecto que genera dudas con cada rediseño de consola es la gestión del calor y el ruido. Al ser más compacta, podría pensarse que la PS5 Slim se calienta más o que sus ventiladores son más ruidosos. Según diversas pruebas, el sistema de refrigeración ha sido rediseñado para adaptarse al nuevo chasis. En la práctica, la consola gestiona la temperatura de manera eficiente, aunque algunas mediciones sugieren que puede operar a una temperatura ligeramente superior que el modelo original, sin que esto suponga un riesgo para el hardware. Es crucial, como en cualquier consola, asegurar una buena ventilación y no encerrarla en un mueble sin espacio.
En cuanto al ruido, las opiniones son variadas. Algunos usuarios reportan que es igual de silenciosa que los últimos modelos de la PS5 original, mientras que otros han notado que el ventilador puede ser algo más ruidoso bajo carga. El lector de discos, al igual que en el modelo anterior, sí genera un ruido perceptible cuando está en funcionamiento, ya sea instalando un juego o leyendo el disco para la verificación.
Pequeños detalles a considerar
No todo son mejoras. Un cambio que ha generado cierta controversia es que la PS5 Slim no incluye de serie el soporte para colocar la consola en posición vertical; este debe comprarse por separado. En la caja solo se incluyen unos pequeños pies de plástico para la posición horizontal. Además, la conectividad frontal ha cambiado: ahora cuenta con dos puertos USB-C, a diferencia del modelo original que ofrecía un USB-C y un USB-A.
Otro punto a tener en cuenta es el relacionado con el lector de discos extraíble. Para poder utilizarlo por primera vez, es necesario conectar la consola a internet para emparejar la unidad con la PS5. Se trata de una medida de seguridad (DRM) para evitar el uso de unidades no oficiales, pero es un detalle a considerar para quienes puedan tener un acceso limitado a la red.
Veredicto final: ¿merece la pena la Sony PlayStation 5 Slim?
La Sony PlayStation 5 Slim es una excelente revisión de una consola ya de por sí fantástica. Mantiene toda la potencia y las características que hicieron grande a la original, pero en un formato más manejable, ligero y estéticamente más fácil de integrar en cualquier espacio. La principal ventaja, más allá del diseño, es el aumento del almacenamiento interno, un punto débil del primer modelo que aquí se soluciona de forma notable. La modularidad de poder añadir el lector de discos a la versión digital es también un gran acierto que aporta flexibilidad al usuario. Si estás pensando en comprar tu primera PlayStation 5, la versión Slim es, sin duda, la opción recomendada. Para los que ya poseen una PS5, el cambio solo se justificaría si el tamaño y el almacenamiento extra son factores cruciales para ti.