El futuro es ahora, pero... ¿estamos listos?
Imagínate un mundo donde todo está conectado de forma inteligente y ultrarrápida. Coches que se conducen solos, cirugías a distancia, fábricas totalmente automatizadas... Suena a ciencia ficción, ¿verdad? Pues no lo es tanto. La tecnología que puede hacer todo esto posible ya está aquí y se llama 5G Standalone (5G SA), o como a muchos les gusta llamarlo, el "verdadero 5G".
Recientemente, en un evento en Milán llamado "Imagine Italy: Changing the Game", la gente de Ericsson, uno de los gigantes de las telecomunicaciones, reunió a un montón de expertos, empresarios y gente del gobierno para hablar del futuro digital de Italia. El mensaje fue claro como el agua: el 5G Standalone es la clave para el crecimiento económico e industrial del país. Pero, y aquí viene el "pero", parece que nos estamos durmiendo en los laureles.
¿Qué es eso del 5G Standalone y por qué tanto alboroto?
Quizás te estés preguntando: "¡Pero si mi móvil ya pone 5G!". Y tienes razón, pero a medias. La mayoría de las redes 5G actuales, conocidas como Non-Standalone (NSA), todavía dependen de la infraestructura del 4G. Es como ponerle un motor de Fórmula 1 a un coche de calle; va más rápido, sí, pero no le sacas todo el jugo.
El 5G Standalone, en cambio, es una red completamente nueva, construida desde cero solo para el 5G. Esto le permite hacer cosas asombrosas que el 5G "normal" no puede. Estamos hablando de:
- Latencia ultrabaja: El tiempo de respuesta es casi instantáneo, crucial para aplicaciones en tiempo real como los coches autónomos o la telemedicina.
- Mayor capacidad de subida (uplink): Esencial para un mundo donde no solo consumimos contenido, sino que lo creamos y compartimos constantemente (piensa en cámaras de seguridad, drones, sensores industriales, etc.).
- Máxima seguridad y fiabilidad: Algo indispensable para servicios críticos.
Andrea Missori, el mandamás de Ericsson en Italia, lo explicó de una forma muy gráfica. Dijo que pasamos de un modelo de red "café para todos" (best effort) a un modelo "a medida", como un traje de sastre, capaz de adaptarse a las necesidades específicas de cada servicio. Ya no se trata solo de velocidad de descarga para ver vídeos, sino de crear una plataforma robusta para la innovación.
Europa se queda atrás y las cifras no mienten
Aquí es donde la cosa se pone seria. Según Missori, Europa, y en particular Italia, está muy rezagada. "El 90% del tráfico 5G Standalone está en Estados Unidos, India y China. Si miramos a Europa, donde algunos operadores ya han empezado, solo el 2% de los usuarios tienen conectividad 5G Standalone", declaró. Los datos son contundentes: de los 633 operadores móviles que hay en el mundo, solo unos 80 han lanzado ya servicios de este tipo.
Este retraso no es solo una cuestión de tener la última tecnología en el móvil. Es un problema de competitividad. Mientras otras potencias mundiales ya están construyendo el futuro sobre esta nueva infraestructura, nosotros corremos el riesgo de convertirnos en meros consumidores de tecnología desarrollada en otros lugares.
¿Y por qué Italia no pisa el acelerador?
Los motivos son varios y complejos. Durante el evento de Ericsson, los jefes de las principales operadoras de Italia (como TIM, WindTre o Iliad) pusieron las cartas sobre la mesa. Uno de los grandes frenos es el económico. En Italia, las operadoras pagaron una millonada por las licencias (frecuencias) del 5G, de las más caras del mundo, lo que ha limitado su capacidad para invertir en el despliegue de las nuevas redes.
A esto se suma que los precios de los servicios móviles en Italia son de los más bajos de Europa, lo que reduce los márgenes de beneficio y, por tanto, el dinero disponible para grandes inversiones. Como señaló Pietro Labriola, CEO de Tim, es "políticamente difícil pero económicamente necesario" un reajuste de precios para sostener el sector.
Por eso, desde Ericsson y el sector de las telecomunicaciones se pide un cambio de rumbo. Hacen falta tres cosas fundamentales:
- Actualizar las reglas del juego: Se necesita un marco regulatorio que incentive la inversión en infraestructuras en lugar de centrarse solo en recaudar dinero con las licencias.
- Crear un ecosistema de colaboración: Gobierno, instituciones, operadores y empresas deben trabajar juntos para crear un entorno atractivo y competitivo.
- Acelerar la adopción de tecnología: Hay que llevar a pleno rendimiento las redes avanzadas para que las industrias puedan empezar a innovar de verdad.
El gobierno italiano parece haber captado el mensaje y planea solicitar fondos europeos del Plan de Recuperación y Resiliencia (PNRR) para impulsar precisamente el desarrollo de redes 5G Standalone.
Conclusión: Una oportunidad que no podemos dejar pasar
En mi opinión, el debate sobre el 5G Standalone va mucho más allá de una simple discusión técnica para frikis de la tecnología. Estamos hablando del sistema nervioso de la economía digital del mañana. Quedarse atrás no significa solo tener una conexión a internet más lenta, sino perder competitividad industrial, capacidad de innovación y, en última instancia, oportunidades de crecimiento y bienestar. La llamada de atención de Ericsson es oportuna y necesaria. Italia y Europa tienen la capacidad, el talento y la historia para ser líderes tecnológicos, pero para ello se necesita visión, ambición y, sobre todo, la valentía de tomar decisiones estratégicas ahora. No se trata de ganar una carrera, sino de no ser descalificados antes de empezar a correr.
